A través del trabajo a mano alzada se extraen las directrices compositivas del objeto arquitectónico. Gracias a su naturaleza esquemática y libre éstos acercan a la idea de una forma rápida y directa a la obra.
Gracias al oficio del dibujo a mano alzada se conceptualiza
y se recompone datos y del proyecto desde su emplazamiento, se esquematizan la
estructura y los detalles constructivos.
Es la base de un primer acercamiento activo al hecho arquitectónico
de estudio, apto para develar las intenciones, ideas creativas y voluntades del
arquitecto, diseñador e interiorista, no manifestadas muchas veces en los documentos e ideas primarias existentes,
y gracias al cual va definiéndose el punto de vista de análisis, funcionabilidad
y estética en la composición, básicos para un proyecto bien intencionado.
Después aparece el redibujo del proyecto, en el que el
arquitecto, incorporando los datos descubiertos en el análisis previo, expresa
las leyes que dan lugar a la forma del
objeto arquitectónico. Éste se propone claro y preciso.
La universalidad del lenguaje plástico (básico en un arquitecto o interiorista) ha de utilizarse aquí para mostrar las bondades del proyecto, así como el punto de vista aplicado en el estudio. Se prevé en cualquier caso que el documento o dibujos resultantes son siempre una interpretación del objeto de estudio.
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